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Las mujeres del mundo rural, han sido y son unas maestras en sus oficios y en la vida.

Estos días celebro el primer aniversario del  2 Premio a la Excelencia e innovación para Mujeres Rurales en que me concedió el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación en 2020, en relación a la diversificación de la actividad empresarial. Un antes y un después en mi trabajo y también en mi vida.

Inés RiR entrega de premios Excelencia a la Innovación Mujeres Rurales.

https://www.youtube.com/watch?v=pd2UZxYKS1w&t=69s )

Aunque en aquel momento no pude celebrarlo cómo se merecía, este Premio a la Excelencia para Mujeres Rurales  supuso un antes y un después en mi  carrera profesional.

Ayudó en la visibilidad de mi actividad dentro de la Artesanía Textil en relación al  público general.

En aquel momento se lo dediqué a todas las mujeres que antes que yo se dedicaron al oficio de tejer en los pueblos. Ellas preservaron todas las técnicas textiles que hoy recupero en mi Estudio Textil de Allariz y  transmitieron todos esos conocimientos  de generación en generación.

Un ejemplo sin duda de la excelencia de estas mujeres del mundo rural que además la aplicaban a un conocimiento de vida en el cuidado de sus  cultivos y familia.

Los trabajos textiles generalmente eran realizados por mujeres.

Estos trabajos textiles, generalmente desarrollados por mujeres en comunidad, se hacían en conjunto.

Mientras una de ellas, tal vez la más habilidosa y paciente, hilaba, otras ayudaban a hacer ovillos, limpiar la lana o blanquear los hilos.

Finalmente una de ellas tejía, la que poseía telar en su casa o que tenía una experiencia heredada de su madre u otro familiar que la había enseñado a emplear el Telar, un objeto preciado que se regalaba cómo ajuar por el marido o un familiar cuando se casaba, igual que la rueca o el huso.

Cómo hizo el marido de Doña Alcira Padrón, maestra artesana de pueblo del Pinar en la isla del Hierro y que me enseñó a hilar con su huso de morera, que todavía conservo en mi taller.

las mujeres del mundo rural

Todo comenzaba con la siembra del lino, la recogida, la malla o trasquilado de la lana. Materias primas naturales de las que luego se componían los tejidos artesanales que servían para manteles, mantas, cobertores o incluso indumentaria.

Durante estos trabajos de preparación de las fibras  se reunían las jóvenes a cantar  o contar historias de vida y era un acto social, ya que muchos muchachos del pueblo las pretendían. En Gallego se llamaban “ Os Fiadeiros”   ( de la palabra Fiar/ Hilar) y era en ellos dónde surgían parejas y noviazgos.

Las labores textiles se trasladaban a los hogares cuando llegaba el invierno

Con el calor del hogar se hilaba de noche y se cardaba la lana también para hilarla , tejerla y emplearla en las mantas artesanales o prendas de abrigo.

El lino era más utilizado para camisas, ajuar del hogar de ropa blanca, cómo manteles, paños, muchos de ellos se bordaban e incluso se vendían en otros mercados cercanos .

En zonas y pueblos cómo Allariz, con un pasado  textil muy importante se vendían incluso en grandes ciudades, exportándose al extranjero.

Comparto con vosotros este enlace al vídeo de  Doña- Dolores Geijo, una maestra artesana tejedora  del Val de San Lorenzo ( León ) que tuve la suerte de conocer en mis inicios de investigación textil y que cuenta cómo era el oficio de Hilar. Cuento entre mis mayores tesoros textiles  con una manta artesanal de lana, que me hizo por encargo.

Para todas ellas el tejido suponía un soporte a su actividad agrícola familiar y una contribución económica que en muchos casos no era ni siquiera un trabajo estable, sino más bien una ayuda. Casos de profesionalización cómo el de Doña Dolores Geijo eran bastante raros y muchas de ellas abandonaron su actividad en los años 50 con la emigración.

Actualmente el mundo rural y el oficio de las mujeres en el mundo rural ha cambiado y también el oficio de tejer.

La digitalización y  las redes sociales suponen una ventana al mundo para dar a conocer mi actividad artesanal textil.

En mi caso la digitalización y  las redes sociales suponen una ventana al mundo para dar a conocer mi actividad artesanal textil en  mi Estudio Textil de Allariz. 

El turismo nos visita y mi trabajo también supone un atractivo para el pueblo y la zona, complementando las experiencias de calidad que nuestros visitantes y turistas pueden realizar.  Conocer cómo se hacían antes los tejidos y adquirir productos cómo bufandas, bolsos o mantas hechos con nuevos diseños textiles también es un aliciente para el visitante y constituye un impulso para la zona y la Artesanía.

Me siento especialmente orgullosa de haber preservado y recogido ese legado de muchas mujeres que anteriormente trabajaban en los telares y unirlo a la innovación y al diseño para mantener este oficio vivo. Por eso ese Premio ha resultado tan importante para mi.

En mi opinión el mundo rural ha cambiado, es un lugar lleno de posibilidades para el futuro, para los jóvenes y en especial para las mujeres. Precisa de una nueva mirada innovadora, de infraestructuras que mejoren el desarrollo de esos nuevos emprendimientos creativos, de la Artesanía, el comercio, la agricultura o cualquier profesión en la que el mundo rural ofrezca  más posibilidades y os aseguro que son muchas.

No debemos olvidarnos de las raíces, de los orígenes, de la cultura

Pero no por ello debemos olvidarnos de las raíces, de los orígenes, de la cultura… y en eso siempre las Mujeres hemos sido expertas, maestras de la excelencia de tejer historias  y sino que lo digan a nuestras abuelas.

https://www.rooral.co/post/generaciones-y-valores-no-hace-falta-romper-podemos-tejer?lang=es

Os dejo también la noticia de este premio:  https://rirandco.com/ines-rodriguez-artesana/en-los-medios/

Espero que os guste y que cada vez seamos más las que celebremos El día de la mujer Rural.