Reciclando restos de cocina para la obtención de tintes naturales sostenibles
La sostenibilidad en todos los aspectos, será en el futuro una de las necesidades de nuestra sociedad. Y en nuestro taller, los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) son una de nuestras preocupaciones, intentamos tenerlos presentes en todos los procesos de trabajo e incorporarlos a nuestra manera de entender el mundo.
Todos desde nuestras casas y empresas por muy pequeñas que sean, debemos intentar reciclar y muchas veces tiramos materiales que son verdaderos tesoros llenos de potencial. Y que podemos usar como tintes naturales sostenibles.
Sabemos que la ecología te preocupa y seguro que has tenido a tu alcance muchos de los materiales que te vamos a presentar y es que este post va de sostenibilidad en los tintes y de aprovechar esos restos vegetales de cocina que con procesos sencillos te ayudarán a teñir tus hilos o incluso papel, de forma natural. Y que después de estos procesos se convierten en tintes naturales sostenibles.
Seguro que no sabías que las hojas de las zanahorias ecológicas que te compras, o los restos de poda de tu jardín y las cáscaras de cebolla… contienen tintes que pueden colorear de verde, marrón o naranja, tus hilos de lana, algodón, lino o el papel que puedes emplear para dibujar o hacer manualidades.
Esos restos que tiras y múltiples alimentos contienen tintes naturales, que son muy potentes por sí mismos o unidos a mordientes naturales, pueden hacer que tus telas, o hilaturas tengan colores vibrantes de una manera absolutamente sostenible, aprovechando además los residuos que generas.
Alimentos como la remolacha, las fresas, las moras, pueden darte magníficos colores que abarcan, la gama de los rosas, rojos o morados dependiendo de la intensidad del tinte. Verdes que puedes obtener de las espinacas, las hojas de las zanahorias. Marrones que provienen de restos de podas de jardín, nueces, té o incluso huesos del aguacate pueden servirte como modificadores del color por la cantidad de taninos qu contienen.
La artesanía y sus procesos, siempre han tratado de aprovechar los recursos a su alcance y sus procesos contribuían sin saber a la economía circular de la zona.
En la búsqueda por nuevos materiales sostenibles, respetuosos con el medio ambiente y beneficiosos para nosotros y el entorno que nos rodea, estamos apostando por nuevas fibras, como la fibra de leche, que se sintetiza a partir de proteínas lácteas que no son aptas para el consumo humano, pero que hacen que con sus propiedades, esta fibra sea hipoalergénicas y con múltiples beneficios para pieles sensibles, además de ser una fibra biodegradable e inocua para el medio ambiente.
Con ellas confeccionamos nuestras mantas de bebé D-leite, que además de tener múltiples beneficios para el niño y la madre, se convierten en un producto de consumo responsable.
En este caso el borde, con las que diferenciamos cada manta lo teñimos con tintes naturales, de plantas de nuestro entorno, helechos, moras, y en esta ocasión este precioso color amarillo lo hemos obtenido de hojas de zanahorias ecológicas, cultivadas en huertas cercanas a nuestro Taller en Allariz.
De este modo todo el proceso es totalmente sostenible y disfrutamos de unos colores magníficos con los que poder bordar las mantas D-leite.
Porque además cuidar a nuestros pequeños también cuidamos su entorno.