La conciencia de un pueblo
Cuando al Estudio llega un encargo de un proyecto creativo con tanto significado como el diseño de un delfín artístico tejido con botellas de plástico, no deja de suponer un reto para mí como diseñadora Textil, ya que la escultura en el exterior es elemento diferente al tejido tradicional. Además en este trabajo se contaba con la colaboración ciudadana voluntaria, manos sinceras que había que integrar en el proceso de tejer.
Pero sin más preámbulos os cuento la historia del proceso creativo de este Delfín artístico tejido con botellas de plástico que se ha instalado en la preciosa playa de Pedra da Sal en el Concello de Carballo. Este ayuntamiento muy concienciado con el medioambiente y el cuidado de su medio marino, nos encarga a Fabián Lage, artesano local y a mi como especialista en textil realizar una escultura con materiales reciclados, en este caso entretejido con botellas de plástico para que la ciudadanía y los visitantes de la playa se conciencien al verla del uso abusivo que hacemos de este material y cómo influye en la fauna marina, ya que los delfines (arroaz en gallego) son visitantes habituales de estas playas gallegas.
“Ya así el proyecto sonaba a reto, construir de manera artística un delfín tejido con plástico!!”
Este material es maleable al calor, pero necesitábamos una trama y una urdimbre para llevar adelante, este “vestido” tejido que pudiese recubrir el esqueleto de forja que Fabían había diseñado. Para esto pensamos en crear “hilo de pet” a través de una máquina diseñada por este artesano e inspirada en otros muchos artilugios que circulaban por la red. A fabricar esta hilatura nos ayudaron los alumnos del centro especial de empleo para personas con discapacidad intelectual ASPABER, que dentro de sus talleres de formación deshicieron las más de 300 botellas en hilos de 1 cm, Todos unos campeones!!!
Después de diseñar todo el proceso de elaboración en colaboración con Fabián, llevando adelante cada uno su parte en relación con la especialización de nuestro trabajo, aunque de manera conjunta, nos llevaba a la segunda parte del reto : confeccionar toda la escultura en comunidad con el pueblo. Este vestido se haría a través del trabajo de muchos voluntarios en un taller de participación social en el cada uno aportaba su granito de arena en favor del cuidado del planeta.
De este modo familias enteras, niños, parejas y los alumnos de ASPABER de nuevo con sus monitoras, nos ayudaron a tejer en una malla, para facilitar la estabilidad del material, durante varios días. En este caso crear un ambiente de trabajo agradable, unificar que cada mano, tuviese su huella en el Delfín y que el trabajo mantuviese una uniformidad en el tejido era el reto más grande, junto con cuidar que las medidas de seguridad y distanciamiento que imponía el Covid-19 estuviesen en todo momento presentes.
He de reconocer que esta parte ha sido muy gratificante para mi, y estoy muy agradecida como profesional a todas estas personas que han venido a aportar su granito de arena, cuyo trabajo ha sido impecable. Pueden estar muy orgullosas de ver su Delfín en su playa igual que lo estamos Fabián y yo misma como responsables del diseño y el proyecto.
Y es que la parte de la colocación de la escultura textil de pet ha sido la más impactante, en nuestros bocetos previos habíamos pensado que la estructura se viese a través de la malla tejida de botellas de plástico, y que ésta recordase a la piel irisada de los delfines, así como las escamas de otros peces. Con el agua de la playa de trasfondo y el cielo reflejado en esta estructura, el delfín cobra vida y se convierte en una figura etérea, casi como si pudiese flotar, y es que viéndola no te imaginarías que está construida con plástico.
Además de de recordar con su belleza estática, la necesidad de preservar la vida marina y cuidarla evitando tirar deshechos al mar, nos da la posibilidad de pensar en infinitos proyectos futuros donde los materiales a emplear podrían ser de recuperación o reciclaje, a través de una nueva vida ligada al arte.